A través de la historia, el ser humano se ha caracterizado por ser un ente dinámico, dispuesto a desplazarse en busca de un entorno más favorable. Precisamente, esta característica se ha encontrado presente a lo largo del devenir de Estados Unidos, desde la época colonial hasta nuestros días. La llegada de los europeos al norte del continente en el siglo XVII inició una serie de migraciones, las cuales han contribuido a la multiculturalidad de la sociedad estadounidense. Algunos grupos llegaron en busca de riquezas, otros buscando libertad religiosa. Los africanos fueron trasladados en contra de su voluntad como esclavos. Otros más se vieron obligados a migrar a causa de guerras o desastres naturales que asolaron su entorno original. Cada uno de los recién llegados contribuyó a forjar la historia de una nación, formada por inmigrantes, una verdadera nación de naciones. El proceso migratorio pasó por diferentes etapas y se amplió para incluir grupos asiáticos. En un principio, era promovida por la Metrópoli. En cambio, desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la fecha se ha restringido paulatinamente el acceso a Estados Unidos, sin que ello detenga el propósito de numerosos individuos de llegar a toda costa a la que creen es la "tierra prometida". Es el propósito de esta obra recuperar las voces y experiencias de quienes dejaron JAI atrás para trasladarse a la que se convertiría en su nueva patria. Síes yaces no deben quedar en el olvido, pues fueron todos y cada uno de ellos quienes forjaron una nación, cuya principal riqueza es precisamente lo diverso de sus orígenes.